25 noviembre 2009

La dimensión digital: Primera de dos partes

Los audífonos pueden enviar el sonido del radio portátil directamente al oído. ¿Pero alguna vez se imaginó usted que los anteojos o lentes de contacto podrían enviar imágenes digitales directamente de la pantalla de un teléfono a la retina? Unos lentes del laboratorio SBG Labs tiene un pequeño proyector en su armazón. Un lente de contacto creado por Babak Parviz y un equipo de la Universidad de Washington en Seattle ofrece un sistema electrónico integrado en el lente para crear pantallas.

Varias compañías están desarrollando prototipos de aparatos digitales que lucen como modernos lentes pero pueden algún día ofrecer esas características a los consumidores. Los lentes son llamados pantallas cabeza arriba porque el usuario puede siempre ver el mundo real a través del lente, pero también una imagen virtual con la información como un mapa electrónico mostrando el camino correcto.

SBG Labs, una compañía de tecnología óptica de California, está entre los negocios que están desarrollando los aparatos. Los lentes son solo ligeramente más grandes que cualquier par de lentes pero en lugar de usar las iniciales del diseñador, tienen un pequeño proyector a un lado.

Dice el profesor Henry Fuchs de la Universidad de Carolina del Norte que ya se han usado sistemas de pantalla montados en la cabeza, usado por ejemplo por soldados para ver información como un mapa reflejado en el visor de un casco. Pero estos artefactos son muy pesados. La gente que trabaja en pantallas montadas en la cabeza tiene ganas de crear algo que la gente use más de una hora, dice, algo que vaya en los lentes pero que no sea demasiado aparatoso.

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18 noviembre 2009

Lectura: Tercera de tres partes

Al acercar los libros a los niños—escribe Felipe Garrido en su libro—no debe preocuparnos que aprendan algo del libro, sino que el libro sea tan absorbente, emocionante o divertido que el niño se enamore de la lectura. Mientras más se lea, se leerá mejor. Mientras menos se lea, será más difícil leer. Y como la lectura estimula la redacción, si se disminuye el tiempo de lectura habrá un descenso en la capacidad para escribir.

Los minutos dedicados en clase a la lectura en voz alta hará mejores lectores que serán mejores estudiantes porque el principal medio de aprendizaje es el lenguaje escrito.

Como no se nace siendo lector, el niño necesita que se le conduzca , empezando con textos muy cortos e ir aumentando poco a poco su extensión hasta llegar a textos tan largos que se lean por partes. Se pueden aprovechar las rimas infantiles para estimular el gusto por el lenguaje. Pero siempre manteniendo la constancia de la lectura diaria.

En la lectura por placer debe evitarse la crítica o evaluación de cualquier tipo, y lo mejor es cuidar que el libro no sea aburrido.

Para cerrar con broche de oro:

Si ves un monte de espumas
Es mi verso lo que ves
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral
Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo
Mi verso al valiente agrada
Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor del acero
Con que se funde la espada.

(José Martí, Versos Sencillos, Porrúa, México 2000)

Referencia:

11 noviembre 2009

Evaluación optométrica del paciente senil

El siguiente es un resumen de la presentación Evaluación Optométrica del Paciente Senil, expuesto en el Quinto Congreso de Actualización en Optometría que se realizó el mes de octubre en Morelia, Michoacán

En la exposición del MCO Sergio Ramírez G, Jefe de la Carrera de Optometría de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, se nos explica que al atender a las personas de entre 60 y 80 años de edad, considerados seniles, nos enfrentamos a un gran reto, ya que esta población no está siendo debidamente cuidada. El maestro Ramírez aconseja su manejo como pacientes de visión subnormal.

Para comprender su situación, primero es necesario saber que cada envejecimiento es diferente, además de no dejarse llevar por el aspecto. Los factores a considerar en el envejecimiento son los cambios fisiológicos, las enfermedades, los medicamentos que se toman, los cambios psicológicos, los problemas de comunicación y los cambios normales en el ojo senil.

Un cambio fisiológico importante es la disminución de agua en el cuerpo, disminución de los receptores nerviosos, disminución de la vascularización, aumento en la sensibilidad térmica, la piel se torna seca, arrugada y se mancha.

En la cara, la pérdida de grasa puede provocar que los ojos se hundan, y que aparezca entropión o ectropión. Con frecuencia el paciente senil reporta comezón, ardor, ojo lloroso y ojo rojo. La disminución en el riego sanguíneo puede provocar amaurosis fugax y dolor de cabeza.

Se ve también en el paciente senil una disminución en su habilidad para aprender y en su memoria. Además de que en general su estado emocional es depresivo y siente miedo. El sueño se deteriora y los cambios sociales que trae consigo su jubilación llevan a un estado de enajenación.

Para mejorar la atención al paciente senil se recomienda adecuar el mobiliario y la iluminación en el gabinete optométrico, así como preferir las horas de media mañana para su atención, en lugar de verlos por la tarde. Tomar en cuenta que la temperatura debe ser cómoda para ellos, de unos 26 grados centígrados, y hablarles claramente para una buena comunicación.

Como la película lagrimal tiende a volverse deficiente y se debilitan los párpados, es seguro que se verá beneficiado por el uso de lágrima artificial. Además, tanto la córnea como el cristalino pueden perder transparencia, por lo que también será favorable el uso de filtros de colores en sus lentes, para mejorar la sensibilidad al contraste. Los colores que se recomienda probar son el amarillo y el azul inicialmente.

Será bueno darle a conocer el diagnóstico, así como las opciones de tratamiento.

Esta entrada fue reproducida por la revista Topsa News y publicada en el número 2009/N°06.

04 noviembre 2009

Lectura: Segunda de tres partes

En la escuela moderna, la formación de lectores ha sido descuidada porque se ha supuesto que ser lector es una consecuencia necesaria de haber sido alfabetizado. Los buenos lectores son un factor importante para el desarrollo del país; constituyen un componente básico de su capital humano, y según Margarita Zorrilla Fierro (Conocimientos y aptitudes para la vida, OCDE, Resultados de PISA 2000), tienen más probabilidades de mejorar el acervo de talento de su país, vital en las economías basadas en el conocimiento, que concentra riqueza y poder, mientras los países receptores de tecnología son permanentemente explotados.

Y aunque muchos autores piensan que la práctica de la lectura se hereda y por lo tanto los lectores se forman en el hogar, hay quienes creen que puede aprovecharse una mayor oportunidad para formar una población masiva de lectores en la escuela, que idealmente incluiría su propia biblioteca. Dice Margarita Zorrilla que la educación pública debe proporcionar al niño que no nace privilegiado, el ambiente de cultura y saber.

Según Felipe Garrido, la lectura útil no forma lectores. Los lectores se forman cuando descubren la lectura por placer: la recompensa mayor de leer es la lectura misma. Un niño puede estar interesado en las piedras, los animales y las plantas, lo mismo que en la astronomía o la historia… y a la vez, aprender a disfrutar los cuentos y novelas. Puede ser que sea el camino del equilibrio entre las ciencias y las artes como campos complementarios.

No da lo mismo leer cualquier cosa, nos dice Garrido, comparando El libro vaquero con Pedro Páramo, ya que hay mas ideas y personajes mejor construídos en la gran literatura que en la literatura chatarra. Pero entre quien lee diarios y revistas elementales, y quien no lee nada por voluntad propia hay un abismo. Por otra parte hay quienes se inician con lecturas sencillas y avanzan hacia las de más calidad.

Sería bueno que los maestros consideren la lectura por placer como una actividad escolar importante para garantizar que los beneficios de la lectura no queden limitados a cierto tipo de escuelas. Dice José Emilio Pacheco: “Si los libros quedan en manos de una minoría que a partir de ellos ejercerá sin límites su poder, el mundo se volverá un lugar mucho más siniestro de lo que es ahora.” (La lectura como placer, México 1994)

Para formar un hábito o una destreza, nos dice Garrido, hay que practicar. Incluso antes de que los niños vayan a la escuela se les puede acercar a libros y revistas iluminados y llamativos, y leerles historias adecuadas a sus intereses, tomando en cuenta que los niños muy pequeños se concentran brevemente. Porque a fin de cuentas el problema de lectura no son los analfabetos, sino los escolares que no llegan a ser lectores; los universitarios que jamás descubrieron el placer de leer: analfabetos funcionales.

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